El Burgos y el Sporting igualaron sin goles en un duelo intenso, bonito y en el que faltó la portería. Los blanquinegros, mermados de efectivos, acumulan sin embargo ya cinco jornadas consecutivas sin ganar. Pero volvieron a sumar y están cada vez más cerca. Más cerca de la permanencia. Y también, un punto más cerca del play off.

El inicio del partido fue un asedio en el que, sorprendentemente, la pelota no quiso entrar en la meta del Pichu Cuéllar.

Mumo pudo pescar una pelota vuelta en el primer sector. Pero las más claras llegaron superado el cuarto de hora de encuentro. Primero, en el 17, Valcarce aclaró un espacio para Curro Sánchez y el onubense estrelló la pelota en el larguero. El rechace de la madera, tras botar la bola en el verde y con el meta asturiano batido, lo enviaba Mourad –también de regreso a la titularidad– fuera con la testa.

Poco después, de nuevo Curro Sánchez lanzaba un tremendo obús que obligaba a Cuéllar a volar para evitar el tanto.

Caro, espectador

Otra vez, el Burgos cuajaba una gran primera mitad. Otra vez, Caro no se manchaba los guantes. Al paso de los vestuarios, Milla Alvéndiz le enseñaba a Mourad se llevaba la segunda tarjeta para el equipo local.

La segunda mitad empezó con una tarjeta a Atienza por agarrar a Jose Marsá. Por la diestra, Areso era un potro que cabalgaba, forzaba córners y levantaba con su entrega al público de sus asientos.

Mourad lamenta una oportunidad desperdiciada. / Foto: Burgos CF

Elgezabal veía otra tarjeta para el Burgos en el 58. El cuadro rojiblanco se estiraba pero el barquito albinegro seguía navegando con peligro. En el 62, Curro Sánchez empaló una bola franca en el punto de penalti que se marchó engullida al Fondo Sur.

Triple cambio

Calero hizo entonces un triple cambio. Atienza, Valcarce y Mourad dejaban su sitio a Raúl Navarro, Artola y Castel. Matos también entraría al terreno de juego. Mediado el segundo acto, Curro Sánchez enganchó otro disparo sequísimo que se escapó besando la escuadra.

El partido apuró los granos de arena en la base del reloj. La presencia de Castel intimidó a la garita asturiana. En el 81, un taconazo mágico del madrileño le volvió a caer a Curro Sánchez que esta vez sí conectó un grandísimo disparo que se encontró con los guantes de Cuéllar. Castel también lo probaría en una gran jugada personal que finalizó con otro disparo raso acostado en las manoplas del Pichu.

Fue una intentona hasta el final. A pelota parada  y tras la entrada de Juan Hernández y el dinamismo, pero no bastó. Pese a ello, el Burgos está un punto más cerca del play off.

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