Decenas de personas se han acercado este jueves a la rotonda en memoria de las víctimas del terrorismo de la calle Madrid a mediodía, para participar en el acto en homenaje a Miguel Ángel Blanco en el 26º aniversario de su asesinato.

La alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, ha sido la encargada de presidir este solemne acto, que ha comenzado con una ofrenda floral que han entregado el vicealcalde, Fernando Martínez-Acitores, y la portavoz del equipo de Gobierno, Andrea Ballesteros.

Ayala, tras saludar a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que fueron «las primeras personas que han sufrido en sus propias carnes el zarpazo del terrorismo durante tantos años», ha advertido de que «el 60 por ciento de los españoles no saben quién es Miguel Ángel Blanco y por tanto, tenemos una deuda de memoria».

«Es necesario recordar que hay que saldar y hay que recordar año tras año qué es lo que pasó en aquellos años de plomo y duros de ETA y qué es lo que vivimos los españoles», ha insistido la alcaldesa, asegurando que «hay que recordar que hubo víctimas y que hubo verdugos».

La alcaldesa ha señalado que nuestro país tiene un «largo y tristísimo historial de sufrimiento terrorista», con 1.451 víctimas mortales, cerca de 5000 heridos, 167 secuestros terroristas, decenas de miles de extorsionados, exiliados «y una dimensión de la amenaza que ha condicionado a nuestra historia reciente durante 5 décadas». Por eso considera «imprescindible» que cada año «lo sigamos recordando».

La organización terrorista ETA ha sido, ha insistido la popular «el principal causante de este mal absoluto, injustificable y totalitario», reiterando que «no hay ningún otro culpable».

Al mismo tiempo ha asegurado que todas las víctimas del terrorismo «son héroes de la democracia» porque su asesinato fue «injusto y se produjo única y exclusivamente para dañar a la democracia española».

En este punto ha insistido en que «es un deber moral y político rendirles homenaje, reconocer su valía y defender la significación social que tienen para nosotros como sociedad».

Tras recordar que Miguel Ángel Blanco era un hombre joven, «que fue torturado durante 48 horas y asesinado cruelmente por ETA», ha insistido en que «se convirtió desde entonces en un símbolo de la libertad y de la concordia frente a la barbarie».

En este punto ha asegurado que 26 años después, seguimos congregándonos «frente al olvido interesado frente al desistimiento frente a la distorsión de la historia, como estrategia para conseguir fines claramente ilegítimos».

Además ha catalogado de «anomalía democrática» que haya partidos que «legitiman a ETA en sus fines y medios» y que «llevan terroristas con delitos de sangre en sus listas electorales» y han sido decisivos en la gobernabilidad de España. «Es inmoral el poder político que se les ha regalado aquellos que todavía hoy no reprueban el crimen de Miguel Ángel Blanco y de todo el resto de las víctimas del terrorismo», ha sentenciado.

Por último, ha asegurado que esto ha sucedido porque estos partidos «no han exigido a su entorno político una regeneración moral por su responsabilidad de complicidad terrorista», y porque «se ha trasladado a los asesinos de Miguel Ángel Blanco al País Vasco sin ni siquiera exigir su arrepentimiento». Así ha asegurado que esta legislatura que será recordada como «infame» para la dignidad de la memoria de Miguel Ángel Blanco.

De esta forma exige al próximo Gobierno del país que la dignidad de las víctimas de terrorismo sea «una prioridad» y se legisle «para evitar más humillaciones» y no se pacte con quien no condenaron el asesinato de ninguna víctima.

Al acto también ha acudido el presidente de la Diputación, Borja Suárez, el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Roberto Sáiz, así como multitud de cargos públicos relacionados con la actividad pública «que también sufrieron a lo largo de muchos años el zarpazo del terrorismo».

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