Podemos pedirá que la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) sea “realista” y se adapte a la necesidad de lograr una ciudad “más compacta e integrada”. Así lo ha anunciado en rueda de prensa la portavoz de la formación en el Ayuntamiento, Marga Arroyo. La también candidata a la Alcaldía de la candidatura de progreso (Podemos-Izquierda Unida-Alianza Verde) ha recordado que Burgos ha tenido en las últimas décadas revisiones urbanísticas “vinculadas a intereses privados y particulares” en vez de generales. Unas decisiones que han llevado tanto a una pérdida de población como a una ciudad dispersa y fragmentada.

Esta mañana, en Comisión de Urbanismo, Infraestructuras y Vivienda, se ha aprobado una modificación del PGOU que, ha recordado Arroyo, “se debe a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León de 2016 que anulaba cuatro desarrollos de suelo urbanizable introducidos en el 2014. Esta decisión del TSJ se debía “al flagrante incumplimiento de la normativa urbanística”, recogía dicha sentencia. Una decisión que hace que 388 hectáreas pasen de nuevo a ser consideradas rústicas, lo que disminuye en 14.400 las viviendas previstas en el casco urbano.

Una reducción que “en ningún caso coarta el desarrollo de la ciudad”, ya que se podrían alcanzar los 257.000 habitantes en Burgos capital. “Aun teniendo en cuenta que el número medio de personas ocupantes de vivienda ha disminuido, el crecimiento del parque de vivienda es desproporcionado”, ha expresado la portavoz de Podemos. “Y es una muestra más de que el modelo seguido por los últimos planes es incoherente”, ha añadido. Y es que, mientras en los últimos 40 años “la superficie urbanizada ha aumentado en un 83,16 % y el parque de viviendas en un 75,20 %, la población ha crecido únicamente un 12,76 %”.

Muestra evidente de que el “incoherente modelo” se basa en decisiones urbanísticas adoptadas “en función de intereses privados y particulares de los propietarios del suelo y del lobby inmobiliario”. Y no de los intereses generales de la ciudad. “Lo que han conseguido estas decisiones tomadas desde fuera del Ayuntamiento es que tengamos una ciudad dispersa y fragmentada. Un Burgos con grandes vacíos, alejado de una ciudad equilibrada y sostenible”, ha argumentado Arroyo.

Burgos, por tanto, necesita “una revisión realista del PGOU”. Una modificación, y ahí luchará estos meses Podemos y la próxima legislatura la coalición Podemos-IU-Alianza Verde, “realmente adaptada a las necesidades de crecimiento de la ciudad”. El objetivo debe ser tener “una ciudad más compacta e integrada, pensada en las personas y no los automóviles”, ha insistido. El Burgos de los 15 minutos que propone Podemos donde las inversiones municipales “deben atender a la mejora de la ciudad existente y necesitada de cuidados más que en las fantasías de futuros inalcanzables”, ha argumentado.

Barrios degradados

Un urbanismo enfocado al ladrillo y los beneficios económicos que han situado a Burgos como una ciudad “con desequilibrios enorme”. Las decisiones tomadas “por quienes gobiernan la ciudad en la sombra” han sido un perjuicio para “los costes de funcionamiento de la ciudad, que por otra parte es poco capaz de remodelar y mejorar las áreas degradadas”. Esta dispersión urbanística hace que se invierta únicamente “en zonas centrales”, abandonando el resto de los barrios a su suerte. “Incluso en aquellos que deberían tener sus entornos completamente urbanizados, como S-4, S-7 y S-8 por su reciente construcción, el Ayuntamiento no es capaz de hacer cumplir los contratos firmados con los agentes urbanizadores”, ha destacado la candidata de la candidatura de progreso.

De esta forma, mientras el PGOU proyectaba una ciudad de 270.000 personas, la realidad lleva a muchos burgaleses y burgalesas a salir de la ciudad. “En los últimos tiempos muchos vecinos y vecinas se han instalado en municipios del alfoz”, ha insistido Marga Arroyo. “Entre 12 y 16.000 personas han salido de la ciudad en los últimos años hacia la periferia por la escasez de vivienda asequible”.

Esto debido a que las dificultades de acceso a una vivienda digna en propiedad o en alquiler “no dejan de aumentar con el paso del tiempo”. “El actual equipo de Gobierno de un alcalde que se pregona de izquierdas pero simpatiza con Moreno Bonilla ha sido incapaz de adoptar una sola medida en dirección a resolver los problemas de vivienda”, ha criticado Arroyo. “La falta de política municipal de vivienda es catastrófica”, ha remarcado.

“Daniel de la Rosa ha hecho caso omiso de la necesidad tantas veces planteada por nuestra parte para que la ciudad cuente con un Plan Municipal de Vivienda que aborde los problemas de alojamiento”, ha recordado. “Solo a última hora se aprueba un Plan cuyo objetivo es tener 20 viviendas protegidas al año, una gota de agua en el océano de las necesidades de vivienda de muchos jóvenes y otros sectores con dificultades”, ha comentado Marga Arroyo. “Desde 1981 hasta hoy Burgos ha pasado de tener el 96 por ciento de la población de su área urbana al 86 %” debido a estas dificultades de acceso a la vivienda, lastrando su crecimiento demográfico.

Pisos turísticos

Por otro lado, Podemos ha planteado en la Comisión, igualmente, que los apartamentos turísticos “deben ser regulados para que no incidan negativamente en los edificios de uso residencial”. Puede esto hacerse mediante la obligación de accesos independientes. Igualmente, plantea Podemos que los edificios enteros de apartamentos turísticos computen como densidad de vivienda con el fin de evitar los mecanismos que incrementen el número máximo de viviendas, como ya ocurrió con el conocido invento de las ducas.

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