Los aeropuertos de Castilla y León mantienen al término de 2022 cifras de pasajeros inferiores a las que presentaban al inicio de la pandemia, si bien todos reflejan mejores números que en 2021, con la única excepción de Burgos, cuyo aeródromo también perdió viajeros respecto al año anterior.
Según los datos publicados por Aena, Burgos contabilizó en 2022 un total de 2.098 pasajeros, la peor cifra de la Comunidad y menos del uno por ciento del total de Castilla y León, un 77,1 por ciento menos que en 2021 y un 88,1 por debajo de las cifras de 2019, el año previo a la pandemia.
De los 232.066 pasajeros que volaron en 2022 desde algunos de los cuatro aeropuertos de Castilla y León, el 74,12 por ciento (172.006) lo hizo desde Valladolid, lo que supuso un aumento del 67,7 por ciento frente a 2021,el mayor incremento de la Comunidad. El aeródromo leonés vio incrementado su número de viajeros con respecto a 2021 un 57,6 por ciento, hasta los 44.941 (el 19,37 por ciento del total de la Comunidad), mientras que el de Salamanca registró 13.021 pasajeros (el 5,61 por ciento del total regional), un 21,4 por ciento más que el año anterior, pero un 26,7 por debajo de las cifras prepandemia.
Entre las causas para que Villafría no cuente con pasajeros, se debe sin duda a una pésima gestión de las administraciones para lanzar rutas desde el aeropuerto burgalés. La apuesta de León por su aeropuerto ha sido siempre firme y decidida, mientras que en Burgos un «miedo escénico» a invertir en rutas ha frenado o al menos «asustado» las políticas de desarrollo para que la primera ciudad industrial de la región cuente con conexiones que vayan ofreciendo una continuidad de vuelos y permita planificar de manera estable y a futuro, el uso del avión como medio de conexión rápido con otras ciudades industriales o turísticas.
Se ha venido contratando con compañías aéreas que ofrecían unos pésimos horarios, por lo que embarcarse en un vuelo de ida con lejanas posibilidades de retorno, se sucedió una y otra vez con los destinos a la capital catalana, y el dinero invertido no habría servido para estabilizar la ruta.
Lejos quedaron los vuelos ocasionales que llenaban hasta tres aviones con mas de 150 plazas cada uno y que despegaban desde Burgos con destino a otras capitales europeas. Lejos quedan los vuelos estacionales a ciudades de costa con cada vez mas ocupación y que eran finalmente cancelados. Lejos quedaron las compañías fantasma que llegaban a Burgos y que consiguieron llevarse y asegurarse buenos ingresos que no revertieron en estabilidad de los destinos.
Ahora cuando se habla de algún interés de alguna compañía insular por llegar a Burgos, parece que otros proyectos espurios se entremezclan en lo que podrá concluir con otro intento solapado y fallido de relanzar el aeropuerto burgalés, haciendo bueno ahora lo que en su día parecía lo peor.
Y es que es fácil concluir, que algo saben hacer muy bien en la capital leonesa, cuyo modelo no parece que sepamos exportar a Burgos y dejémonos de poner excusas por una pista corta. ¿Es que los leoneses han encontrado misteriosas fórmulas que aquí desconocemos?. Burgos es un aeropuerto internacional, donde continuamente están llegando aviones con trasplantes de órganos, vuelos privados de países de otros continentes y casi a diario de ejecutivos que se acercan a la capital burgalesa porque su industria necesita llegar aquí.
Villafria es una infraestructura del Estado y que a la ciudad no le reporta gasto alguno, mas bien al contrario, ya que Burgos recauda una importante cantidad de dinero por el IBI de aeropuerto incluyendo las pistas y zonas de seguridad.
Dejemos que plañideras sigan lamentándose de que Burgos tenga un aeropuerto que ha costado, por ejemplo, la tercera parte que las mejoras introducidas solo en la terminal León, pagado también por el Gobierno de España, con un desembolso equivalente a 5 Kms de línea de AVE y hagamos que la instalación sea atractiva para la empresa y para que el turismo recale en la ciudad y provincia, algo que no se consigue en un solo día y que en León, que también tiene AVE, si saben hacer muy bien.