El 2023 es año de elecciones municipales. Y como tal, de cambios en el Ayuntamiento. En Burgos, como en el resto del país, los principales partidos ya trabajan en sus programas electorales. En la confección de sus listas y, en muchos casos aún, incluso en la elección del candidato. Porque en la ciudad, queda mucho por definir a cinco meses del paso por las urnas (28 de mayo). Vayamos por partes…
El actual equipo de Gobierno tiene complicado repetir en la próxima legislatura. No porque el PSOE no pueda volver a ganar los comicios, una posibilidad que muchas de las encuestas publicadas y conocidas contemplan. Principalmente porque uno de sus partidos integrantes, Ciudadanos, tiene difícil tener siquiera representación. En cuanto a la oposición… incógnitas especialmente en el principal grupo opositor, el Partido Popular, que carece de número 1. Al menos, oficialmente.
El PSOE ganó las elecciones de 2019 con once concejales. Daniel de la Rosa, que repetirá como alcaldable (fue el primer candidato en confirmarse), logró sentarse en el sillón de Alcaldía gracias a un giro de guion inesperado en la sesión de investidura, en la que Vox se desmarcó del acuerdo PP-Cs-Vox y se negó a investir alcalde al candidato de la lista naranja, Vicente Marañón. De la Rosa, por tanto, inició la legislatura gobernando en minoría, una situación que duró año y medio. En octubre de 2020 los socialistas alcanzaron un acuerdo de legislatura con Cs que les permitió ganar en solidez a la hora de sacar adelante sus proyectos, evitando sesudas negociaciones con la oposición.
Es el PSOE quien más encarrilada tiene su candidatura. Con la gestión de cuatro años como bandera, las miradas se centran en saber quiénes repetirán y quiénes no en la lista. Los puestos altos de la misma (Nuria Barrio, David Jurado, Josué Temiño, Blanca Carpintero y Sonia Rodríguez) parecen intocables y habrá movimientos, previsiblemente, a partir del séptimo puesto. Una problemática menor, en cualquier caso, para un grupo que busca mejorar o al menos igualar su resultado de 2019. Parece claro, eso sí, que precisará un socio de gobierno.

Este ha sido en la actual legislatura Ciudadanos, que arrancó con cinco concejales de los que mantiene cuatro al haber abandonado el grupo municipal para quedarse en el Consistorio como concejal no adscrito Julio Rodríguez-Vigil. Las previsiones de los liberales, con todo, son poco halagüeñas en la capital, al igual que en el resto del país. Las encuestas les dan pocas posibilidades de tan siquiera obtener representación, para lo que es necesario tener un 5% de votos. Ninguna de las encuestas le sitúa cerca de este registro. Lo que no ha impedido que se haya desatado una guerra interna por encabezar la candidatura entre el vicealcalde (Vicente Marañón) y la concejala de Cultura (Rosario Pérez Pardo). El proceso de elección de una nueva Secretaría General en el partido a nivel nacional sin duda resultará determinante en la elección.
El PP, aún sin candidato
En la oposición, más claras están las cosas en los grupos minoritarios, más confusas en el Partido Popular. Los populares obtuvieron en 2019 su peor registro electoral en Burgos desde que en 1983 entrara en la Corporación bajo las siglas de Alianza Popular: 7 ediles. Carolina Blasco ha pilotado y manejado la nave tras la marcha de Javier Lacalle, pero esa labor de recuperación de la representación popular no ha sido suficiente para garantizarle su continuidad. El PP de Burgos parece no haberla tenido jamás en consideración para ser candidata a alcaldesa a pesar de que la actual portavoz se reivindica semana sí, semana también.

Ángel Ibáñez, Roberto Saiz y Salvador de Foronda han sonado como candidatos, aunque desde hace semanas se da por seguro que será la senadora Cristina Ayala quien encabece la papeleta de los populares. El anuncio parece inminente, pero no llega. Y mientras, las incógnitas sobre el resto de la lista perduran. Mucho por definir a cinco meses del paso por las urnas en el partido que podría arrebatar la Alcaldía al PSOE.
Donde ya hay candidato es en Vox. Y no será Ángel Martín, portavoz en la actual legislatura, sino su compañero de grupo municipal Fernando Martínez-Acitores, según se confirmó el viernes. La formación conservadora podría tener la llave de la gobernabilidad en función del reparto de concejales. Y en el imaginario colectivo persiste la insólita decisión tomada por sus representantes en junio de 2019.

¿Coalición de izquierdas?
El último de los actuales grupos municipales en discordia es Podemos. La formación morada comenzó la actual legislatura con Raúl Salinero y Marga Arroyo como concejales, pero el número 1 dejó el Ayuntamiento apenas medio año después, entrando en su lugar Israel Hernando, quien dos años después también dimitió tras una lucha encarnizada con Arroyo. La portavoz ha sido elegida por la militancia de Podemos, que parece que reeditará una coalición de izquierdas que en el 2015 alcanzó los seis ediles (Imagina Burgos) pero que quedará lejos de ese resultado en los próximos comicios. Mientras se negocia la participación conjunta, Izquierda Unida ha anunciado a Fernando Saiz como su candidato a alcalde. ¿Supondrá eso que acude como número 2 de la lista de coalición? El reparto de fuerzas podría convertir a los morados en la llave de la Alcaldía, al igual que sucede con Vox.

Fuera del actual Pleno está Vía Burgalesa, cuyo futuro sigue siendo igualmente una incógnita total. Hace unos días la marca provincial de la España Vaciada anunciaba su intención de acudir a los comicios, aunque desde las autonómicas (en las que su número de votos le asegurarían entrar en el Consistorio) han sido múltiples las bajas en la agrupación. En cualquier caso, podría convertirse en un actor inesperado y quién sabe si determinante.
En resumen, aún mucho por definir a cinco meses del paso por las urnas.